Sufragio efectivo, no reelección.
Este fue el argumento con el que se justificó una de las farsas más grandes, sino es que la más grande, de la historia de México: Su revolución.
La Revolución Mexicana pretendió quitar a un cacique para poner a otro(s). Pretendió que la gente luchara por tierras que aún no son suyas. Que la gente luchara por causas ajenas. Y resultó en una de las aberraciones políticas más grandes de la historia de la democracia: El PRI.
Ahora la Revolución está muy lejos. Así como sus ideales. Aunque muchos pretenden ser "revolucionarios" o "auténticos revolucionarios". Hemos escuchado ¨Partido Revolucionario Institucional" "De la Revolución Democrática" "Único Revolucionario". En fin, el término se ha prostituído.
Nos han vendido la revolución que nunca existió y todos quieren seguir siendo revolucionarios.
Ahora, sería tan fácil conformarnos con el sufragio efectivo. Lo de la no reelección es una necedad de nuestra historia y nuestra clase política porque "violaría los cimientos de la democracia Mexicana que están fundados en su Revolución". Fundamentos que claro está, se han violado millones de veces en otros temas.
La no reelección fue un fundamento que hizo sentido hace 100 años. Cuando existía un dictador en el poder, quien había sido reelecto varias veces. Pero ahora, no tiene sentido seguir aferrados a un sentimiento revolucionario rancio y cauduco.
Muchas de las democracias ejemplares del mundo aceptan la reelección, ya sea limitada o ilimitada. Como todo en la vida, esto tiene sus ventajas y desventajas. Pero lo que es verdad es que la reelección le permite a la gente "probar" a sus gobernantes y el poder de decisión recae completamente en ellos. Será la gente la que decide si está contenta y le concede al gobernante otro término.
Probablemente en México la reelección presidencial al estilo de Estados Unidos o España esté un poco lejos. Pero podemos empezar por proponer la reelección de puestos como Delegados, Presidentes Municipales y Legisladores.
Durante toda la historia democrática de México el incentivo del político ha sido el poder, y mantenerlo ha sido relativamente fácil. Ahí tenemos otra de las genialidades políticas de nuestro sistema, los candidatos plurinominales. Si tuvieramos reelección no cambiaría la ambición y antojo de poder de nuestros políticos, pero por lo menos los obligaría a realizar acciones concretas durantes sus mandatos para ganarse el voto de la gente y poder mantenerse en el poder.
Hoy en día, todo quien esté en un cargo de elección popular tiene una oportunidad. Y muchos de ellos sólo la utilizan para enriqucerse y empaparse de poder. Y no les importa mucho si cumplen o no, porque al finalizar nadie los va a juzgar y se irán a continuar con sus proyectos personales. Si tuvieran la opción de reelegirse tendrían que trabajar por el voto de la gente.
Espero que algún día México deje de ser un País que le concede todo a su clase política y empecemos a ser un País que le exige a su clase política, que la controle y que sepa manejar el poder de decisión que debería de ser más grande que el poder de gobernar.
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